En Marzo visitamos distintos proyectos educativos de Manos Unidas en Benín. Al llegar nos acogían con cantos, bailes y un sinfín de sonrisas que hacían difícil no dejar escapar una lágrima mientras recorríamos el pasillo humano que habían formado.
Los alumnos por clase superan ampliamente las cifras a las que estamos acostumbrados en España, pero hay un gran respeto por el profesor y eso permite ser muy eficiente con los medios que tienen.
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