Yangón ofrece mil y un detalles a quien se adentra en su cotidianeidad. Transportes públicos atestados de personas, vendedores de jaulas para pájaros que se cruzan con ajedrecistas que compiten en el suelo y la sempiterna hilera de monjes y monjas budistas que se encuentran a cada paso...Una ciudad viva y rebosante de miradas, rostros y sonrisas.


Çok harika resimler , emeklerinize sağlık....
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