El pasado 16 de febrero tuve la suerte de asistir a la inauguración de una residencia en Battambang (Camboya). El proyecto, financiado por Manos Unidas, trata de proporcionar alojamiento a los trabajadores del Centro de formación y producción textil "La Paloma" que da trabajo actualmente a unos 100 trabajadores, la mitad de ellos discapacitados.
El proyecto pertenece a la Prefectura Apostólica de Battambang a cuyo frente se encuentra Kike Figaredo, el obispo de las sillas de ruedas, quien inauguró la instalación. La ONG S.A.U.C.E. (Solidaridad, Ayuda y Unión Crean Esperanza) ha impulsado este proyecto gracias al magnífico trabajo de sus voluntarios.
Las habitaciones tienen un par de literas y espacio suficiente para poder moverse con la silla de ruedas Mekong. Son luminosas, sencillas y rebosan dignidad.
Es difícil condensar en palabras la alegría de esos momentos: los pequeños discursos, el corte de la cinta protocolaria y la aspersión con el agua bendita que a todos llegaba en cantidades más que generosas.
¡Cuánto se puede conseguir cuando se aúnan esfuerzos y se trabaja en equipo!
¡Cuántos son los frutos cuando se busca mejorar la vida de los que menos tienen!
Es difícil condensar en palabras la alegría de esos momentos: los pequeños discursos, el corte de la cinta protocolaria y la aspersión con el agua bendita que a todos llegaba en cantidades más que generosas.
¡Cuánto se puede conseguir cuando se aúnan esfuerzos y se trabaja en equipo!
¡Cuántos son los frutos cuando se busca mejorar la vida de los que menos tienen!
magnífico reportaje!!! Enhorabuena Javi! besos, María Luisa
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